La tarde se presentaba fría, pero con un cartel de figuras en el coso del paseo Zorrilla. En la única corrida de toros de la feria de San Pedro Regalado se intuía una gran entrada. Quizá hay que destacar la pobreza del cartel que ha pasado de ser una “Feria” a ser “La corrida” de San Pedro Regalado ¿Tanto cuesta una novillada…?

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Aunque la previsión era la de no acudir a ver la corrida, nuestro amigo Santos García Catalán nos escribió justo el día antes para ver si queríamos ir, lo que le agradecemos infinitamente. Al llegar al lugar citado allí se encontraba nuestro compañero con un cámara de CyLTV para retransmitirlo en “El Callejón” en la 8Valladolid el día 15. Nos situamos en el tendido 7.

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Arrancó el paseíllo y debemos fijarnos en la cantidad de gente que había con un casi lleno total, algo insólito desde la visita al coso pucelano de José Tomás. El primero de Morante de la Puebla, que venía de su reaparición en Jerez el día anterior, de la ganadería de Núñez del Cuvillo no pudo hacer nada con él, algún muletazo suelto, pero abrevió. En su segundo, Morante consiguió revolucionar a los allí presentes, empezó a dar muletazos con su característico arte lo que hizo que le concediesen la oreja.

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Manzanares en su segundo empezó muy bien con el capote y el toro fue bueno en banderillas que hizo desmonterar a sus banderilleros, hizo muy buena faena, pero el toro tenía pocas fuerzas, oreja. En su segundo (el quinto de la tarde), hizo una gran faena, pero a la hora de la espada realizó el llamado “mete-saca” afeando la suerte que la había hecho recibiendo, aun así, debido a la poca exigencia del público le dieron una oreja, la segunda que le hizo salir por la puerta grande.

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Alejandro Talavante no tuvo suerte. En su primero solamente recibió saludos y en su segundo silencio ya que el toro padecía de las manos y el presidente no quiso sacar el pañuelo verde.

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Tarde fría y descafeinada, mucha figura y poco toro, mismos carteles = aburrimiento.