Por segundo año consecutivo el 1 de octubre y la feria de otoño nos esperaba en la Plaza 1, pero, este año a diferencia del anterior la empresa que había confeccionado los carteles no era Taurodelta sino la llevada por Simón Casas. En un día muy extraño en toda España los taurinos nos aislamos de los problemas y fuimos a ver un mano a mano que, pese a la sustitución en último momento de Antonio Ferrera por Juan Bautista, produjo mucha expectación.

Al llegar a los alrededores de la Plaza de Toros algo se podía ver en el ambiente ya que había muchísima gente, en los bares... Justo antes de comenzar el paseíllo una gran bandera española ondeaba en los tendidos, algo estaba pasando... Juan Bautista que toreó el 1º, 3º y 5º de la tarde no estuvo totalmente a gusto como le pudimos ver por ejemplo en el pasado San Isidro, en su primero y segundo Bautista lo intentó pero los toros enseguida sacaron la sosería que poco gusta a cualquier aficionado, además añadido de lo que le costó descabellar al primero. Con el quinto, Bautista ni lo intentó al ver las exigencias que ponía el toro, esta actitud provocó el cabreo del público que le propinó una bronca gorda... gorda. Sin embargo, Paco Ureña como en cada tarde que sale a torear entregó todo, hasta el punto de que los aficionados le pedían que no se arrimara tanto. El primer toro de Ureña propició lo mejor de toda la tarde, dos arrancadas largas y apretó al caballo llevado por el gran picador 'Pucelano' Pedro Iturralde al que le dieron una ovación fuerte... fuerte. Ureña tras pincharle tuvo una ovación dividida, su segundo toro le puso en apuros ya que le buscaba, posteriormente Ureña hizo unas declaraciones en Canal TorosTV que provocaron una gran polémica: "la culpa es de Adolfo que ha traído este toro, que no entra en la muleta". Con el último de la tarde no consiguió nada tampoco.

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En general, no sacamos pañuelo, pero nos fuimos con la sensación de haber visto algo.